POEMAS ULTRA

José Alejandro Peña

Monday, October 30, 2006

Final de la fiesta

Uno entra en la cuenta de que todo termina.
Todo termina para volver a empezar.
Pero hay cosas que no terminan ni empiezan.

Cuando ya ni siquiera espero que algo grandioso
ocurra en mi vida de un modo excepcional
llegan a mí como del fondo de mi propio vacío
imagenes precoses y voraces que ni siquiera
son excepcionales
salvo aquellas que me derriban para siempre.

El aire es menos frecuente en los pulmones del hada
cuyas mejillas son un incendio que uno quisiera hacer suave.

Mi corazón ya no resiste que lo arrojen a las llamas
o que lo revuelvan contra las púas milagrosas
o lo rellenen de picaduras de arañas todo el día
a veces se hace tan difícil comprender lo que esto significa:
seguir soportando cada momento hasta el final
como quien soporta una carga muy pesada

Ah y que no debe uno esperar nada ni de la muerte ni de la vida...

Tuesday, October 24, 2006

Metrópolis: out there

Hay en la palma de las manos de los
ángeles de pecho carcomido un río que ruge
como una sábana interpolar
como suelen ser a veces los escombros divinos
allí en medio de las grandes tejumbres
de aire y de azufre
que los hombres de las grandes metrópolis
pretenden ignorar como quien busca
en su bolsillo una respuesta inexorable a cada cosa
y prosiguen su marcha a toda prisa
porque la vida es sólo un ir buscando
entre los propios pasos una forma futura
de cansancio y no un regreso hacia aquello
milagroso y profundo que llama desde
el centro de las muescas del cobre
a todo lo que pasma y fosforece.

24 de Octubre de 2006 Copyright © 2006 José Alejandro Peña

Sunday, September 10, 2006

La gota de sangre

Por entre el subcielo de mis venas yodadas
este latido malo que se desarma a gritos
entre tu cuerpo claro que mis manos dibujan
como un hueco abultado de palabras y signos.

Tú eres la gota de sangre que rebosa mi cuerpo.
Tú eres la calma y el ruido del mundo

y eres la ola que se extiende y perdura
como un poco de sol sobre unos huesos.

En mi desesperación solitaria te invocan los
huecos de las casas que tienen —como mi corazón—
un olvido plomizo y discreto.


9 de Septiembre de 2006 ***COPYRIGHT © 2006 José Alejandro Peña ***

Friday, September 08, 2006

La maga

La maga me sonríe y yo floto a su lado.
La maga me incinera con sus besos de plástico.
Sus senos en forma de caracol despiadado
tiene igual insolencia que las fiebres antárticas.
Sus cabellos son suaves y su voz es de arena.
Su corazón retiene los sonidos del mar.

Su cuerpo me recuerda el compás majestuoso
de una música antigua que sólo los niños
y los ángeles escuchan.

No hay nada comparable a la ruindad del Todo
que por ella es tan simple como las pelusas
del pañuelo o los colores que transmiten señales
de una cosa que no tendrá la forma de la piedra
o del río.

9 de Septiembre de 2006 ***Copyright © José Alejandro Peña***

Crucigrama

Se llenan de preguntas mis ojos abismales.
Se cubren y se agotan y revientan las sílabas audaces
y los nombres amargos.

El sol ha perforado mis huesos y mis cantos.
El sol cuando es la noche se convierte en mis brazos.

Lo que no funda el sol de cada día
lo construye una playa por sí sola.


8 de Septiembre de 2006 ***Copyright © José Alejandro Peña***

Sobredosis

Se me va de la mano lo que tengo en la mente.

Se me va de la mente lo que tengo en la mano.
¡Morbosidades, signos agrios, cataclismos
y milagros!

Algunas cosas duran lo que tienen que durar
para llegar a lo blando.
Algunas cosas blandas se hacen duras para
prolongar el camino de una vida.

Los pensamientos que pienso no son míos:
se los robo a las damitas de corazón intenso
que clavan sus ojos como un filo maligno
en el centro del ágata en mi cuerpo.

8 de Septiembre de 2006 ***Copyright © José Alejandro Peña***

Drama cósmico

A veces cuando duermo creo soñar un sueño de tres dimensiones
donde hay una casa y un niño dormido que dice estar soñando
lo mismo que yo sueño.
A veces no es un sueño lo que entra por los pliegues
de mi ropa o de mi cuerpo envejecido
aunque yo lo llamo así para no pensar en las moscas
que cubren las pupilas cansadas de infinito
porque los ojos se llenan de misterio
para seducir a los que buscan el misterio.



7 de Septiembre de 2006 ***Copyright © José Alejandro Peña***

Monday, August 21, 2006

Carencia

Hay días en que soy como las cáscaras de un árbol
milenario: no tengo otra cosa que el dolor...

Pero no es el dolor sino el ansia de la fuga.

O el ansia de ser como los rayos de luna
que caen sobre las cosas para embellecerlas
y dotarlas de una mejor suavidad.

Yo quisiera que alguna carencia de mí mismo
pudiera ser tan ligera como mis pensamientos.
Y que mis pensamientos pudieran ser
visibles como las rocas y los árboles,
que lo que tanto anhelo ya no me haga tan seguro
de las cosas que se mezclan para deshacerse
que mi deseo no me haga sentir tan desdichado.

20 de Agosto de 2006

Drama cómico

La soledad es un vaso que rueda de la mesa y
antes de caer al suelo se rompe.

La soledad es el viento repartido en las cosas.

Nadie está realmente solo a menos
que quiera hacerle drama a quien
ya no cree en dramas.

La soledad por más que se empeñe en ser poca
alcanza para unir las pericias de los otros.
Cada quien anda en pedazos por el subsuelo
de su propia vida.

Yo solamente creo en lo que vivo y siento.
Yo vivo rodeado de montañas altísimas
y no necesito de muchas cosas:
me basta el aire que respiro, mi mujer y mis libros,
una jarra de vino en el invierno
una mesita con un vaso de flores y un cuaderno
para escribir poemas.


20 de Agosto de 2006 *** Copyright © 2006 José Alejandro Peña***

Monday, August 07, 2006

Cabeza de Medusa

Cortada por el hilo de las resonancias y los tormentos
de los cuencos volteados en el suelo
ella cubría la luz con el azor salobre de sus muslos nocturnos
y me decía con palabras que eran de otro mundo y de otros labios:
los hombres que se han muerto de repente se arrepienten de haber amado poco
y se arrepienten tan sólo cuando llegas
con tus alas de halcón espeluznante
pérfido como el parco rumbo de los capitanes omitidos…

Hombres y mujeres del país de las ánimas
os contaré mi historia muchas veces de algún modo distinto y miserable sin rodeos
sin ningún artificio sobrepujado adrede o por descuido

y no serán los mitos de Homero más lujosos
que el soplo de mi andanza o mi aventura.

7 de Agosto de 2006
West Virginia, Estados Unidos

Viejo alacrán

Viejo alacrán de mis pasos dejados
al vaivén canceroso de las cosas horrendas
que hoy se dispersan por los cuartos ajenos
como un desolado cadáver sin huesos.

Yo estoy en la orilla de aquello perdido en mi mano
y estoy en el centro de mi propia desidia
deseoso y oscuro
lujurioso y maldito como quien ha sabido las cosas
desde muy temprano
y ya no le importa la vida o la muerte
ni el pan ni la gloria
mas sí el cuerpo caliente de las bellas muchachas morenas.

Viejo alacrán del delirio me llamas
y sueltas tu pelo adornado de flores silvestres
y ya cuando empieza la noche su danza macabra
¡zumbido de moscas!
nos cubre el deseo de ser otra cosa más negra
que el llanto o el soplo del ágata.

7 de Agosto de 2006
West Virginia, Estados Unidos.

Sunday, August 06, 2006

Por si alguien se anima a preguntar


Más que nada, pretendo escribir métaforas sueltas que puedan tener alguna relación o coherencia interna, aunque el absurdo es siempre —en mi caso— una forma adecuada de ver las cosas, de negar el tiempo, o de afirmar la vida, o qué se yo: un hábito de autoestremecimiento o autoasombro ante aquello que mejor me impacta o me seduce o me desequilibra o ambas cosas. O ni me impacta ni me seduce ni me desequilibra. Porque sólo basta existir para poder ser, como dijo —tal vez— Pessoa. Tener conciencia de que la conciencia, el tener conciencia, no es sino un lujo desagradable, odioso para el resto de los hombres y mujeres de hoy: todo se hunde con una mano levantada hacia arriba por si alguien la toma para salvar lo insalvable. Yo pierdo la conciencia cada vez que pienso en la conciencia del mismo modo que pierdo los pensamientos cuando me pongo a pensar o a buscarlos en mi mente. Mis pensamientos no están donde los busco, a veces son tan rápidos, tan inasibles, tan indómitos...
Ninguna palabra es demasiado suficiente para constituir un absoluto, pero tampoco es demasiado poco como para no mostrarse agradecida de sí misma. Ya lo dijo Vladimir Holan: "fácil sólo es la mierda".