POEMAS ULTRA

José Alejandro Peña

Monday, August 07, 2006

Cabeza de Medusa

Cortada por el hilo de las resonancias y los tormentos
de los cuencos volteados en el suelo
ella cubría la luz con el azor salobre de sus muslos nocturnos
y me decía con palabras que eran de otro mundo y de otros labios:
los hombres que se han muerto de repente se arrepienten de haber amado poco
y se arrepienten tan sólo cuando llegas
con tus alas de halcón espeluznante
pérfido como el parco rumbo de los capitanes omitidos…

Hombres y mujeres del país de las ánimas
os contaré mi historia muchas veces de algún modo distinto y miserable sin rodeos
sin ningún artificio sobrepujado adrede o por descuido

y no serán los mitos de Homero más lujosos
que el soplo de mi andanza o mi aventura.

7 de Agosto de 2006
West Virginia, Estados Unidos

Viejo alacrán

Viejo alacrán de mis pasos dejados
al vaivén canceroso de las cosas horrendas
que hoy se dispersan por los cuartos ajenos
como un desolado cadáver sin huesos.

Yo estoy en la orilla de aquello perdido en mi mano
y estoy en el centro de mi propia desidia
deseoso y oscuro
lujurioso y maldito como quien ha sabido las cosas
desde muy temprano
y ya no le importa la vida o la muerte
ni el pan ni la gloria
mas sí el cuerpo caliente de las bellas muchachas morenas.

Viejo alacrán del delirio me llamas
y sueltas tu pelo adornado de flores silvestres
y ya cuando empieza la noche su danza macabra
¡zumbido de moscas!
nos cubre el deseo de ser otra cosa más negra
que el llanto o el soplo del ágata.

7 de Agosto de 2006
West Virginia, Estados Unidos.

Sunday, August 06, 2006

Por si alguien se anima a preguntar


Más que nada, pretendo escribir métaforas sueltas que puedan tener alguna relación o coherencia interna, aunque el absurdo es siempre —en mi caso— una forma adecuada de ver las cosas, de negar el tiempo, o de afirmar la vida, o qué se yo: un hábito de autoestremecimiento o autoasombro ante aquello que mejor me impacta o me seduce o me desequilibra o ambas cosas. O ni me impacta ni me seduce ni me desequilibra. Porque sólo basta existir para poder ser, como dijo —tal vez— Pessoa. Tener conciencia de que la conciencia, el tener conciencia, no es sino un lujo desagradable, odioso para el resto de los hombres y mujeres de hoy: todo se hunde con una mano levantada hacia arriba por si alguien la toma para salvar lo insalvable. Yo pierdo la conciencia cada vez que pienso en la conciencia del mismo modo que pierdo los pensamientos cuando me pongo a pensar o a buscarlos en mi mente. Mis pensamientos no están donde los busco, a veces son tan rápidos, tan inasibles, tan indómitos...
Ninguna palabra es demasiado suficiente para constituir un absoluto, pero tampoco es demasiado poco como para no mostrarse agradecida de sí misma. Ya lo dijo Vladimir Holan: "fácil sólo es la mierda".